Huertas medicinales, farmacia casera en Iguazú

Iguazú (LAVOZDECATARATAS_Telam) Hilgert es directora de la tesis doctoral de Violeta Furlan, bióloga de la Universidad Nacional de Córdoba que estudia la diversidad de huertos y jardines familiares en  la ciudad de  Iguazú, próxima a la Triple Frontera argentino-paraguaya-brasileña, región guaraní.

«Encontramos que, tanto en el campo como en la ciudad, hay un repertorio compartido de plantas que la gente usa en curaciones caseras, disponibles principalmente en huertas y patios cercanos a las casas, y que prefiere utilizar plantas medicinales frescas», explicó Furlan.

Además, indicó que “cuando las familias se trasladan a la ciudad, tratan de instalar huertos similares a los que dejaron atrás“, llevando consigo parte de sus plantas curativas o volviendo al campo a buscar entre sus familiares o amigos semillas o plantines, «trazando así un circuito que, además de enriquecer los huertos, fortalece los vínculos locales y la soberanía familiar».

Hilgert, directora de tesis de Furlan, contó a Télam que “Violeta ubicó los huertos de los distintos barrios de  Iguazú, donde entrevistó a 20 familias por barrio para saber si en sus casas había algún tipo de actividad de cultivo, y relevó a 380 familias en total”.

La investigadora partió de un herbario de referencia e hizo la selección de terrenos viendo la superficie a través del mapa satelital, y arribó a la conclusión de que “si las casas tienen menos de 450 metros cuadrados, no hay huerto”.

Y si en el hogar “hay ‘amas de casa’ que no trabajan fuera de la familia, hay mucha más posibilidad de encontrar huerta”.

El grupo de Etnobiología del IBS-Conicet investiga las relaciones biológicas y culturales, en contextos urbanos y rurales, de los bosques subtropicales de Argentina -Atlántico forestales, Yungas y Chaco seco-.

Con lugar estable en la Facultad de Antropología en la polaca Universidad de Wroclaw, la antropóloga Monika Kujawska es investigadora asociada del IBS, en el que desarrolla el estudio “El encuentro de culturas: uso de los recursos naturales por los inmigrantes (particularmente polacos y paraguayos) y sus descendientes, en el norte de Misiones”.

Las investigadoras encontraron que el “trampolín” de las plantas estaba ubicado en un espacio suburbano conocido como “las 2.000 hectáreas“, reserva de uso múltiple municipal.

La farmacopea vegetal regional incluye “plantas que se agregan al tereré (mate frío) para evitar el calor o los problemas digestivos, como el paico o la manzanilla, que dan rico sabor y funcionan como suplementos dietarios contra el colesterol o fungen como nutracéutico de efecto beneficioso para la salud humana“, describió Hilgert.

La etnobióloga dijo que la “región es especialmente diversa no sólo en ambiente sino también en cultura, que reconoce como recurso algo que aprendió con sus familias o con pares en la escuela».

Por eso, las investigadoras infirieron que “las características de los huertos y el uso del espacio verde de la ciudad iban a tener que ver con las características culturales de la gente».

Así, “desde esa observación, vimos qué hace que la gente decida llevar o traer algo; y al comparar la diversidad de usos, vemos la sabiduría tradicional, no en su validación científica medicinal, sino en los usos más el intercambio de conocimientos”, sostuvo Hilgert.

“No hay que idealizar que todo lo que se hace en el campo es bueno, pero no hay que demonizar lo que uno no conozca, por eso la etnobotánica de los pueblos estudia los usos que la gente le asigna”, enfatizó.

De yapa, y en medio del brote de epidemia de dengue que tuvo en Puerto Iguazú uno de sus focos, las investigadoras aportaron un idea para el saneamiento de los espacios verdes de las casas.

“Vemos que a todo el mundo se le hace muy amigable tener un jardincito o una huerta y, en vez de promover hacer multas, que es un modo poco amigable de abordar a la población, en cambio las huertas familiares están

culturalmente más incorporadas y de paso, genera aromáticas, verduras frescas y casi todas las plantas medicinales de uso cotidiano”, propuso.

Además del intercambio de saberes y el fortalecimiento de vínculos sociales en las situaciones de cambios y migraciones, promoverían el ordenamiento y la limpieza del espacio peridoméstico.

“Quizás a la par de las campañas de descacharrizado actualmente en ejecución, podrían reforzarse actividades que promuevan huertos familiares aún en espacios reducidos, así como generar talleres donde los agentes de salud y las familias discutan las fortalezas y debilidades de las plantas medicinales usadas habitualmente en nuestra región”, se entusiasmó Hilgert.

La Selva Iryapú, un espacio donde naturaleza y cultura guaraní cautivan al turista

UBICADA A LA VERA DE LA CIUDAD DE PUERTO IGUAZÚ, EN MISIONES, ES UN NUEVO POLO DE ATRACCIÓN PARA EL TURISMO QUE TIENE COMO DESTINO LAS CATARATAS, POR SU IMPONENTE VEGETACIÓN, LA INCIDENCIA CULTURAL GUARANÍ Y EL SURGIMIENTO DE NUEVOS SITIOS DE HOSPEDAJE.

Publicado en http://www.telam.com.ar/ (Nota y Foto)

Remises Wanda selecciona para sus lectores esta interesante nota acerca de La Selva Iryapú,contamos con traslados grupales e individuales para llevarlos a conocer tan hermoso lugar. Recuerde,Tours en remis,partner,combis y la mejor atención.

La Selva Iryapú, ubicada a la vera de la ciudad de Puerto Iguazú, en Misiones, es un nuevo polo de atracción para el turismo que tiene como destino las Cataratas, por su imponente vegetación, la incidencia cultural guaraní y el surgimiento de nuevos sitios de hospedaje.

Iryapú («sonido lejano del agua» en lengua guaraní), una reserva natural que forma parte del ecosistema del Parque Nacional Iguazú, es un apacible bosque de 600 hectáreas con árboles de más de 400 años, como la Caña Fístola y el Palo Rosa, y que sirvió en principio como asentamiento de la etnia Mbya Guaraní originaria de Paraguay, hasta que fueron desplazados por la explotación rural que comenzó a mediados del siglo XX.

Desde 2005, por iniciativa conjunta de los gobiernos provincial y municipal, y como parte de un plan integral para la ciudad, se dio comienzo a un plan de urbanización destinado al fomento del turismo, respetando las costumbres de las culturas originarias.

Respecto a la ocupación del terreno, fueron definidos espacios para el sector hotelero y otros de carácter social, cultural y deportivo, mientras que a las comunidades guaraníes les fueron asignadas 263 hectáreas lindantes con el Parque Nacional Iguazú.

A partir de entonces fueron construidos 15 emprendimientos hoteleros con calificaciones de tres, cuatro y cinco estrellas, a los que -se prevé- se sumarán otros 10 en los próximos años.
La voluntad integradora entre el pueblo Mbya y los dueños de los hospedajes, permite que el turista pueda hoy disfrutar de caminatas asistidas por guías nativos, adquirir artesanías diversas y participar en festejos propios de la cultura guaraní.

Miembros de la comunidad Mbya son los encargados de guiar al turista a través de senderos enmarcados por una profusa vegetación, la que es descripta en detalle por los anfitriones.

Al promediar el itinerario, el guía muestra los diferentes tipos de trampas utilizadas tanto para cazar como para «defensa de los seres humanos», ante la presencia de yaguaretés y otros animales considerados peligrosas.

Con la mirada atenta, el senderista podrá avistar algunas de las especies que cohabitan el territorio: pájaros multicolores, infinidad de mariposas y los infaltables monos y coatíes que se acercarán al grupo movidos por la curiosidad.

Durante el trayecto, el guía sorprende con algunos usos de las diferentes plantas que se observan a cada paso, tal el caso del helecho Mbeuyá, una planta antibiótica y espermicida que, bebida por las mujeres, logra efectos anticonceptivos.

Un puesto de artesanías ubicado sobre la calle Eldorado, a metros de la ruta nacional 12, ofrece como souvenirs arcos y flechas, cestería de juncos, alfarería, tallados en madera, collares e instrumentos musicales confeccionados por manos guaraníes.
Del mismo modo, los Mbya de la cercana aldea Fortín Mbororé, abren las puertas de su comunidad para enseñar su cultura, su filosofía de vida, sus creencias y su medicina natural.

Las cabalgatas, que también forman parte de la oferta turística, parten desde un puesto ubicado en la intersección de la ruta 12 y Eldorado con grupos guiados que llevan a los turistas a internarse en la selva varias veces al día, a través de dos senderos: el Guatambú y el Cachí.

El primero de ellos cruza una laguna de barro ñaú, material utilizado por los artesanos guaraníes, y es un paseo tranquilo que puede ser realizado por embarazadas, personas mayores y niños, ya que es de corta duración y no atraviesa terrenos irregulares.

El sendero Cachí, que debe su nombre a un helecho en extinción, se interna más en el medio selvático, pudiéndose apreciar todo tipo de vegetación durante el recorrido, además de ofrecer un contacto directo con los habitantes de una aldea.

El turista que elige Iryapú es mayormente extranjero y su estadía promedio es de tres noches, sin embargo el lugar está siendo ahora descubierto por viajeros argentinos que buscan un lugar distendido para su estadía.

La selva es justamente eso, un espacio de permanente contacto con la naturaleza donde no hay estridencias, sólo calma y aire puro, generadores de una sensación de paz que invita al relax y a la introspección.

Habitaciones con baño privado, aire acondicionado, wi-fi, completa gastronomía, la infaltable piscina entre la vegetación y relajantes servicios de spa, son un estándar de la oferta hotelera del lugar la que, según datos aportados por fuentes oficiales, dispone de alrededor de 3.000 plazas.

La mayoría de los establecimientos ofrecen actividades adicionales tales como senderismo guiado, trekking, navegación por el río Iguazú, aventuras 4×4 y traslados a las Cataratas, entre otras.

La cercanía con el centro de Iguazú, el aeropuerto, las Cataratas y la frontera con Brasil le otorgan un valor agregado; bancos, comercios, un free shop y la posibilidad de hacer un tour de compras en Ciudad del Este, Paraguay, hacen de Iryapú una experiencia turística de selva con la comodidad urbana al alcance de la mano.